Mis tres palabras, con video

Tenía 16. Estaba en el colegio, cursaba grado 10.

Solía cantar y tocar en todas partes, presentaciones aquí y allá, viajes también. De hecho, viajaba casi todos los días a Duitama, a Culturama, donde estaba estudiando música, precisamente.

Mi mejor amigo, un maestro. Con él nos íbamos a la tienda del frente cada tarde, a tomar tinto y hablar de todo, literal de todo. Él solía poner el azúcar a mi café, y resultó endulzándome la vida entera, con su presencia, amistad y cariño.

Qué traga la que me pegué. Con tusa y todo: llanto, canciones, e infinitos pensamientos. Así como había momentos de felicidad absoluta por el tiempo y la música compartida, estaban las horas de incertidumbre e indecisión frente a mi pc, donde con la pestaña del correo electrónico abierto, intentaba resolver si le escribía o no.

Un día me declaré, y lo hice con una canción: Tres palabras. Cuando descubrí ese bolero, para mí fue como una revelación, fue perfecto.

Busqué la letra, la copié en el correo y se la envié.

Hoy, casi 13 años después, se la canto de frente, y él toca la guitarra junto a mí.

Dato curioso: Ahora me vengo a enterar que el «cómo me gustas», para él, resulta ser algo más atrevido que el ingenuo «cómo me gustas» que le quise decir en ese momento, para no expresarle, textualmente, «estoy enamorada de ti».